De acuerdo con el politólogo, a los estadounidenses les gustaría mucho que Turquía fuera su satélite y puesto avanzado contra Rusia, como lo fue en la década de 1950. Les molesta que en este momento y desde hace más de 20 años el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, el jefe de la primera potencia regional, ejerza una política independiente en Oriente Medio, en Libia y en Siria, precisó.
"Ahora Turquía tiene una política diferente y las relaciones entre EEUU y Turquía son extremadamente tensas. Muchos expertos conservadores estadounidenses ya no consideran a Turquía un país amistoso como antes. El hecho es que la clase dirigente estadounidense está hasta la coronilla de la política soberanista de Erdogan", argumentó el experto.
Además, la situación se complica por la postura de Washington sobre el opositor Fethullah Gulen (líder de FETO, organización considerada terrorista en Turquía), que se encuentra en EEUU, y los dirigentes estadounidenses se niegan a deportarlo a Turquía para que sea juzgado, recordó Mizin.
"Se trata de una cuestión sensible y de principios para Ankara, y Washington no quiere ir a un compromiso con lo que podría parecer su aliado", comentó.
Entretanto, el experto subrayó que un importante punto de discordia entre Turquía y Estados Unidos es el intento de golpe militar de 2016, sobre el que Rusia advirtió a Turquía. "El Gobierno turco cree, no sin razón, que esos militares fueron entrenados en escuelas militares estadounidenses", señaló Mizin.
Las acciones de EEUU en Oriente Medio también complican las relaciones con Ankara, indicó el politólogo. Washington sigue suministrando armas a Tel Aviv. El mandatario turco, a su vez, apoya al pueblo civil palestino. Erdogan, tras reunirse con el jefe del movimiento palestino Hamás, Ismail Haniyeh, declaró su pleno respaldo a la lucha palestina, destacó el experto.
"Está claro que aquí hay contradicciones entre los dos enfoques. Los servicios de inteligencia estadounidenses están muy preocupados por la cuestión israelí y, en el marco de una posible visita, la parte de EEUU intentará persuadir a Erdogan para que cambie de postura. Sin embargo, estoy seguro de que es imposible", subrayó el experto.
Al hablar de las tendencias de las relaciones entre Estados Unidos y Turquía en la etapa actual, Mizin destacó que tal aplazamiento de la visita es un indicador controvertido. Este tipo de gestiones diplomáticas y aplazamientos de visitas oficiales de Estado son una alerta que refleja los crecientes problemas en la interacción, explicó.
"El constante aplazamiento de la visita es un indicio más de que para los estadounidenses Turquía no es definitivamente un aliado claro, esta relación es muy problemática", concluyó.
Previamente, se conoció que el viaje previsto por el presidente turco a Estados Unidos ha sido aplazado y tendrá lugar en un momento conveniente para ambas partes, informó el Ministerio de Asuntos Exteriores turco.